Si hablamos de los pioneros de nuestro ritmo del Río de la Plata, no podemos dejar de lado aquellos que hicieron posible que existiera el Tango, los que además de aportar talento musical, inspiraron a la nuevas generaciones para que se proyectara, de ahí en más, lo que a la postre sería el género musical que admiran y bailan millones de personas en el mundo. Algunos lo llamaron, merecidamente, “el padre del Tango”, otros reconocieron en su figura de iniciador, a un excelente letrista, guitarrista, compositor y uno de los primeros cantantes notables de aquel entonces. Aportó obras consideradas clásicas y representativas, aún cuando el Tango estaba prohibido en los grandes salones céntricos de Buenos Aires. Creativo nato, figura destacada en los albores tangueros, hoy sus composiciones siguen sonando fuerte, perdurando por su calidad incomparable.
Cuando nos referimos a las figuras señeras del Tango, siempre lo hacemos con el amor y respeto que merecen todos los músicos, cantantes y directores, los que de alguna manera, hicieron grande a nuestra música rioplatense a través de más de una centuria en que este ritmo deleita multitudes en el mundo. Imagínense, querido amigos, lo que representa entonces, dedicarle un programa homenaje como el de hoy, a un ícono del Tango que acaba de cumplir sus primeros 96 años, con más de 70 en su exitosa carrera. Este músico completo nos vive para recordarnos que su extensa y triunfal trayectoria está endosada por la calidad, innovación y sensibilidad tanguera de sus piezas.
Uno de los instrumentos primarios del Tango fue la guitarra. Desde los albores de nuestra música, las escobas -como las llamaba Gardel-, son esenciales para acompañar excelentes cantores y darle el toque mágico a este ritmo rioplatense. También la lista de solistas guitarreros es muy grande y muchos se destacan por su destreza, sensibilidad y fuerza interpretativa. El menú es amplio y de calidad: por las violas garuferas y vibradoras, desfilaron artistas de la talla de José Canet, Roberto Grela, Adolfo Berón o Cacho Tirao. Entre los talentos nuevos, destacan jóvenes que respetan la tradición; ejecutan con sobriedad y modernismo los grandes Tangos de la historia y renuevan de manera permanente nuestra querida música porteña. Es el caso de nuestro programa de hoy, donde presentamos un virtuoso y creativo guitarrista que nos deja tangos de ayer y hoy, donde podremos apreciar su talento incomparable.
Cuando nuestra música expone a juicio del público un dúo, éste debe ser excepcional, porque en esta materia, el tanguero de ley es conocedor y exigente. El producto final debe ser de primera calidad, con perfiles de exportación. Nuestro programa de hoy cumple ese requisito, porque presentamos a dos extraordinarios músicos, finos ejecutantes, que juntos supieron crear tantos éxitos que se transformaron en un referente del Tango mismo, juntando todas las épocas en interpretaciones que nos deleitan a cada paso. Uno fue un centenario del piano, respetado y querido en su larga trayectoria de ejecutante y compositor, el otro, un innovador cuya destreza con la guitarra de ‘sonido eléctrico’ iluminó escenarios mundiales. Los dos, un orgullo de nuestra música rioplatense que compartimos gustosos con ustedes.
Una mujer de buena voz y ‘decir’ encantador, que interpretaba con la misma fuerza, un buen Tango, así fuera éste de barrio reo, tristón o romántico. Sus temas también fueron un éxito, cantando valses o milongas cadenciosas. Triunfó cuando era difícil hacerlo para una mujer, rompió paradigmas tangueros y se abrió paso como los grandes. Compositora, actriz y letrista, fue creadora de grande éxitos que paseó por buena parte de Latinoamérica donde era aclamada por el gran público. Por algo le decían “La dama del Tango”. Estrella indiscutida que supo distinguirse y ser considerada por el público y los expertos, como la más importante y representativa voz femenina que dio el Tango. Su extensa y excepcional carrera le dieron un sello de calidad a la música rioplatense.
Se formaron a mediados de los años veinte, los lanzó un sello discográfico para organizar su propia orquesta y ponerle su nombre, con la idea firme de competir con el más fuerte de entonces. Cada integrante era un músico excepcional en su puesto e instrumento, formando un conjunto de extraordinaria calidad que sonaba con la pureza y estilo que se requería en aquel momento, donde el Tango empezaba a tallar fuerte en Buenos Aires. Entre 1925 y 1944 registraron más de cuatrocientas piezas y se dieron el lujo grande de grabar, además, en New Jersey, en la sede de la empresa, todo para mejorar la calidad de su producto. Esta fabulosa orquesta, principalmente interpretaba Tangos, aunque también incursionó en géneros como el foxtrot, los valses, las rancheras, polcas, pasodobles y milongas. Emplearon buenos cantores para engalanar la agrupación, entre ellos, algunos que alcanzaron fama propia. Le aportaron a nuestra música una identificación porteña y de fina categoría sin ...
Vamos camino al escalón número siete, a la comezón musical y tanguera del séptimo año, a cumplir algunos sueños postergados y a seguir brindando lo mejor a nuestra audiencia que, como nosotros, disfruta de manera especial de nuestra música cada semana o cuando se tenga ganas de oír unos buenos tangos. Quizás, en el programa de hoy desde Buenos Aires, algunos de esos sueños queden cumplidos, porque estamos parados en el centro, donde nació nuestra música rioplatense y, desde aquí, presentando nuestros valores nuevos, que demuestran al mundo que la calidad interpretativa de voces excepcionales sigue demostrando que el tango se renueva con la pasión y calidad de voces maravillosas al servicio de nuestra música.
Hablar sobre él es hablar siempre de Tango, lo llevaba en las venas. Figura indiscutida de nuestra música y referente infaltable cuando queremos destacar su inmensa carrera, plagada de éxitos e innovaciones constantes. Excelso bandoneonista, compositor y arreglador excepcional, creó uno de los sextetos tangueros más famosos. Paseó el ritmo rioplatense por el mundo y fue reconocido como un embajador musical que aportó su invaluable talento hasta sus último día de vida, que al igual que su nacimiento, lo sorprendió fuera de su querida Argentina de la que vivía pendiente, porque era de los que sostenía que ‘no había nada peor que el olvido’. Se quedó en un ‘París otoñal’ pero queda su música más viva que nunca para valorarlo y eternizarlo.
Un poeta ‘con todas las letras’, sus canciones calaban hondo en el sentir popular, sus éxitos se repetían a cada paso tanguero. Su notoriedad llegó hacia fines de los treinta e inicio de los cuarenta, cuando el Tango era fuerte y exigente. Los letristas de aquella época debían ofrecer algo más que su inspiración, tenían que garantizar un mínimo de suceso triunfal en la gente para poder ser aceptados en esa casta de compositores, que a la postre, escribieron la historia de nuestra música en letras mayúsculas. Poseedor de un lenguaje directo y sencillo para señalar injusticias y destacar valores, este bardo porteño se supo destacar, dejando para la posteridad piezas inolvidables.
Cantante, compositor y uno de los guitarristas de Gardel. El famoso negro, supo ganarse un lugar en la historia grande del tango y de la música rio platense porque componía, además, toda una gama de canciones criollas. Extraordinario ejecutante de guitarra, vocación que heredó de su padre, por eso desde niño se pegó a ese instrumento fundamental en los comienzos de nuestra música. Fue el que más conoció al zorzal, decía que ‘le adivinaba y comprendía sus movimientos e intenciones a la hora de cantar’. Autor de grandes éxitos, más de la mitad de su obra fue cantada por Gardel. Músico de pura cepa e inspiración interminable, Murió trágicamente en aquel 24 de junio de 1935, donde el Tango se enmudeció de tristeza por largo tiempo.